Cuando se habla de noticia, generalmente se refiere a algún acontecimiento sucedido recientemente. Desde este punto de vista, cualquier hecho podría considerarse noticia. Sin embargo, este concepto sólo es una de las acepciones de la palabra.
En los últimos años, la noticia ha adquirido un nuevo valor, una subjetivación que hace que cambie de “aspecto” y que para algunos pueda significar algo distinto que a otros o simplemente no importar en absoluto.
Los medios hacen gran uso de esto: cada uno pone la noticia a su criterio, afín a sus propios intereses y a las demandas de la audiencia. Esta es una realidad que la gente debe entender y sobre todo, interpretar.
No basta sólo con informarse, sino pensar en lo que leemos, tratar de entender, comparar otros medios, ver el enfoque propuesto y cuanta importancia se le ha dado para evitar de esta manera caer en la monótona y rutinaria tarea de estar informado.
Así, se puede distinguir entre estar informado y estar bien informado. Analizar los tiempos vividos y los hechos ocurridos, leer e interpretar para poder así presentar una visión personal de lo que pasa y no “pensar sobre lo que piensa” aquel medio que los está informando en el momento.
Se trata entonces de reflexionar. Reflexionar sobre aquello que se lee, escuchamos o miramos en tv. No quedarse sólo con el primer discurso, ir más allá de la lectura propuesta. Comprender el por qué y no solamente el qué de los hechos que son presentados como noticia.
domingo, 2 de mayo de 2010
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