miércoles, 7 de julio de 2010

La Noble Ernestina: análisis del libro de Pablo Llonto


“No se puede gobernar este país si tenés a Clarín en contra”.


“El gran diario argentino” es hoy el multimedio más grande del país, título que se ha ganado a costa de hacer todo lo necesario para obtener la mayor cantidad de medios desde hace ya más de treinta años cuando Ernestina Herrera de Noble asumió la dirección, luego de la muerte de su esposo y director del diario, Roberto Noble. El gran diario que en el ’70 hizo tratos con el gobierno dictatorial de Videla para obtener acciones en Papel Prensa y en la agencia DyN, durante la década del ’90 los hizo con Menem logrando que a fines del año 1989 se anule el artículo 45 de la Ley de Radiodifusión que prohibía a las empresas gráficas la adquisición de medios de Radio y TV para así comenzar la compra de todos los medios que quisiera y lograr su imperialismo.

(…) “Manrique había telefoneado a Miguel Anchorena, abogado de los Graiver, para que le sugiriera a la familia que la junta militar vería con agrado que los Graiver transfirieran su parte de Papel Prensa. Magnetto le comentó a la viuda la operación que venía y le dijo también que Videla, Massera, Agosti y Martínez de Hoz ya le habían dado el ok para que los cuatro diarios más importantes de la Argentina, Clarín, La Razón, La Nación y La Prensa comprarán el paquete del que finalmente se desprendían los Graiver acorralados por los miedos y amenazas”. (…)

Junto al diario La Nación y La Razón, Clarín, de la mano de Héctor Magnetto, contador y mano derecha de Ernestina Herrera, pidió préstamos bancarios del Banco Nacional de Desarrollo, del Banco Español del Río de La Plata y del Banco Holandés Unido de Ginebra. Así comenzó a formarse el multimedio más poderoso de la Argentina que hoy dirige Ernestina Herrera de Noble; con la compra de acciones de Papel Prensa, acciones manchadas con sangre, pero cuando hay dinero de por medio todo vale y entonces el fin justifica los medios.

Los años pasaron y mientras pasaban la directora de Clarín supo cómo sacarle el jugo a la Dictadura Militar demostrándose a favor todo el tiempo sin importarle lo que pasaba en el país ni preocuparse por las consecuencias sufridas por los periodistas de su empresa, sólo un asunto tenía en mente: las tiradas del diario aumentaban cada día, todos querían anunciar en Clarín y además tenían el apoyo del gobierno.

Con la llegada de la democracia, “La Viuda” como la llamaban en la redacción del diario, quiso negociar la abolición del artículo 45 de la ley de Radiodifusión (ley 22.285) con el presidente Raúl Alfonsín, pero a éste no le interesaba en absoluto anularlo; no estaba en sus planes ni la venta de radios ni de canales ni le importaba lo que dijera Clarín. Esta situación, sumada a la compra de radios y canales que había iniciado la familia Massot de Bahía Blanca le ponía los pelos de punta a la directora ya que ella no podía hacerlo.

Pero al final, consiguió la compra de Radio Mitre tal cual quería, ignorando el artículo 45. Así, el actual multimedio iba tomando color: ya había adquirido las acciones en la agencia de noticias DyN, las acciones de Papel Prensa, la editora de revista y la radio, además del diario.

Con la llegada de un nuevo gobierno, el de Carlos Menem, se haría hincapié nuevamente en la abolición de este artículo, pero esta vez se lograría y a ese objetivo cumplido se le sumaría otro: la obtención de canal 13, y uno de sus primeros logros con éste fue el despido de muchos empleados, logrando así la reducción de personal.

Si el gobierno ayudaba al “diario” con todos sus negocios, a cambio obtenían tapas y noticias favorables, caso contrario se desataba una guerra en la que la clase media, seguidora del multimedio era formada a través de los mensajes en contra que se mostraban en su manera de enfocar la realidad. Clarín fue tomando la postura que más le convenía según su relación con los distintos gobiernos que se iban sucediendo en el país y quedaba demostrado en sus tapas.

Sin embargo, no había político que hablara bien de La Viuda y de Magnetto. Los odiaban tanto como les temían. La desconfianza de funcionarios y legisladores hacia Clarín crecía con los días, hacerle favores no servía de nada, sólo se lograba ser un socio transitorio del cual fácilmente podían desprenderse.

“‘Con un diario, una radio y un canal podemos hacer aún muchas cosas’. Con esta visión Magnetto delineó en el despacho de La Viuda un esquema estratégico que abarcaba buena parte del país y que, en un plazo de diez años, les permitiría ingresar al próximo siglo con lo que tanto admiraban de los brasileños: la conformación de un grupo económico de las comunicaciones con capacidad de colocar un presidente de la Nación”

Así comienza el monopolio del actual Grupo Clarín. Durante la década del ’90 y con el apoyo del ex presidente Carlos Menem y el de los siguientes gobiernos, se fue convirtiendo en un grupo poderoso que logró una posición de liderazgo en el mercado argentino y latinoamericano, adquiriendo contenidos audiovisuales como canal 13, radio Mitre, señales de cable, producción cinematográfica y distribución de TV como Multicanal, Cablevisión y Direc TV entre otros.

“A De La Rúa también lo aguardaba un listado de demandas. A cambio de unas cuantas tapas de Clarín que ilusionaban a la gente con un país que se ponía en marcha, La Viuda y Magnetto pedían: frenar cualquier iniciativa de ponerle impuestos a la TV por cable, desregular la venta de diarios en toda la Argentina, que el Comité Federal de Radiodifusión llamara a licitaciones de radios en el interior para poder presentar al Grupo (…)”.

Lo que siguió fue una serie de elogios exagerados en los titulares de Clarín hacia Fernando De La Rúa, como por ejemplo: “De La Rúa obtuvo un rotundo apoyo del FMI”, que durante el año 2000 acompañaban la primera plana del diario. Incluso hasta el día después del fallecimiento del doctor René Favaloro se tomó como primordial los asuntos referidos al gobierno.

De esta manera “el gran diario argentino” fue tomando poder con los años y haciendo lo mismo con cada gobierno de turno, con algunos presidentes les resultó más fácil que con otros pero al fin y al cabo, hasta el día de hoy logró todo (o casi todo) lo que se propuso.

Desde el año pasado, pelea con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner por la sanción de la nueva ley de medios 26.522, o “ley de medios K” como todos los medios pertenecientes al Grupo Clarín la llaman, que, entre otras cosas, vendría a deshacer a los multimedios, que haciendo uso de su poder, condicionan la pluralidad informativa y el espacio público transmitiendo un mensaje único a las personas y obstruyendo toda posibilidad de libertad de la misma, como es su caso.

martes, 29 de junio de 2010

¿¡Estamos ganando!?


Los medios como representantes de la realidad



Hablar de los medios de comunicación como meros representantes de la realidad social es muy simple y a la vez disfuncional. Muchos han sido los casos en que países enteros han sido víctimas de la tergiversación de información de parte de algunos medios (sino todos) o de, por qué no, la completa desinformación respecto a algún acontecimiento o suceso.

Tal es el caso de Argentina durante la Guerra de Malvinas que se desarrolló entre abril y junio de 1982 en donde la mayoría de los medios, reprimidos por la Dictadura Militar de turno (llámese “Proceso de Reorganización Nacional”) hablaban de un falso triunfo argentino, incierto e inexistente, manipulando a toda una nación tan crédula como ignorante.

La reacción de los medios fue un festival de patriotismo, triunfalismo exagerado y obsecuencia política. La mayoría de las publicaciones tomaron posición triunfalista, aceptando las normativas impuestas por el gobierno al periodismo: no se podía cuestionar la información proporcionada oficialmente.

A la vez, se estableció un sistema de censura previa: Se sugerían lemas: “no tenemos bajas”, “esta es la guerra de todos”, “estamos ganando”, además se prohibió en radios la transmisión de temas en inglés. De esta manera, comenzó un período de difusión masiva de rock nacional, dando lugar a músicos que antes se encontraban prohibidos.

Sólo tres periodistas argentinos fueron a las Malvinas a cubrir la guerra, uno de canal 7 y dos de la agencia estatal TELAM. Los medios oficiales eran controlados por el gobierno y no permitían filtrar ninguna noticia que se opusiera con el discurso de triunfalismo.

Uno de los mejores (y más conocidos) ejemplos de esto es el famoso “Estamos ganando” del conductor del noticiero “Sesenta Minutos” del entonces ATC (hoy canal 7), José Gómez Fuentes que, si bien no fue el único en pronunciarlo, sí lo hizo varias veces por el canal oficialista y hasta se demostró a favor del gobierno de facto.

Las revistas también hablaron de victoria, revistas como Gente o Somos, se llenaron con fotos de chicos de 18 años “dando la vida por la patria”, cuando la realidad era que esos chicos estaban solos y en desventaja total en comparación con los ingleses que tenían una tecnología de armas superior y estaban mucho más preparados y entrenados para la guerra, pero claro, esa parte no se sabría hasta el sorpresivo rendimiento argentino y la vuelta, triste y solitaria, de los sobrevivientes.

“Gente” también publicó en su tapa en uno de sus números la frase “estamos ganando”, sin embargo, las revistas Humor y La Semana no cayeron en este fervor triunfalista pero como consecuencia de tener su propio punto de vista sufrieron censuras y persecuciones a varios de sus periodistas.Una de las situaciones más claras del poder que tenían los medios de comunicación y la gran euforia argentina fue la gran cadena solidaria que se realizó cuando desde ATC se convocó a todo el pueblo a ayudar a los soldados: en 24 horas se recaudaron 22 mil millones de pesos, además de la enorme cantidad de joyas y alimentos que hasta el día de hoy no se conoce cuál fue su verdadero destino.

La falta de información del Estado hacia los medios estuvo ligada de una cierta complicidad de parte de éstos. Los mismos medios que no contaban con otra información más que la “impuesta” eran sumamente conscientes de las mentiras que publicaban pero no les importaba averiguar lo que pasaba realmente ya sea por miedo a las represalias o porque “gozaban” de esa manipulación que hacía feliz a una nación.

Una vez más un pueblo quedó enardecido en el engaño de aquel que debía protegerlo y acompañarlo en su derecho de saber la verdad. Desinformación, manipulación, triunfalismo y acompañamiento a la dictadura: con estas palabras se puede definir el papel que jugaron los medios de comunicación durante la guerra de Malvinas.
El lejano oeste, no tan lejano

Globalización mundial-mundial de fútbol



Las nuevas y crecientes tecnologías han hecho que las personas se sientan cada vez más cercanas de aquello que en otro momento hubieran ignorado y que también se sientan parte y hasta compartan con gente de otros países y distintas culturas acontecimientos que ocurren en la “otra parte del mundo”. Todo esto hubiera sido imposible de ocurrir de no existir el fenómeno llamado “Globalización”.

La premisa fundamental de la globalización es que existe un mayor grado de integración dentro y entre las sociedades, el cual juega un papel fundamental en los cambios económicos y sociales que están teniendo lugar en el mundo entero.

Un ejemplo de esto es el mundial de fútbol que acontece cada cuatro años y que en esta ocasión se disputa en Sudáfrica en donde se puede ver a miles de personas de distintos países conviviendo en una misma ciudad dejando ver cada uno sus culturas y rituales propios como cábalas para que sus equipos seleccionados ganen los partidos.

Años atrás, la situación hubiera sido muy distinta ya que muchos de los aficionados hubieran tenido que conformarse mirando los partidos por TV (si es que tenían televisor) y no hubieran podido llegar hasta los estadios de fútbol aunque “el mundial” se disputara en su mismo país, lo que hacía que la pasión y el interés en el fútbol no sea el mismo que en estos tiempos.

Hoy esto ha cambiado, la gente llega en avión a ver los partidos, las empresas de turismo ofrecen “paquetes especiales” con “precios promocionales” para que se pueda viajar en familia sabiendo de antemano los lugares y hoteles a los que se va a acudir y además hacer un tour para conocer la ciudad de destino.
A su vez, las transmisiones de los partidos y las “previas” a ellos de parte de los distintos medios de comunicación que se encuentran instalados en la “ciudad del mundial”, muestran a las personas que miran televisión los distintos estadios y las calles repletas de gente de diferentes países, cada uno “con sus colores respectivos”, su euforia y sus cantos alegóricos, haciendo que el espectador se centre en ese canal y pueda sentirse parte de ello.

Respecto a los jugadores, la mayoría de los seleccionados juegan en el extranjero (si bien representan a su país en este momento) mientras que los únicos países que tienen a sus jugadores en equipos locales son Inglaterra e Italia. Distinto es el caso de los directores técnicos ya que algunos manejan selecciones de otros países, que pueden enfrentarse a los suyos.

Pero la imagen más vívida de esta globalización puede verse en la confluencia de 32 países y sus respectivos fanáticos unidos por una misma pasión pero con la exaltación propia del patriotismo nacional, pasión que también se observa en la emisión de imágenes locales no sólo de los países participantes, sino también del resto del mundo.

Es difícil encontrar un fenómeno más actual de globalización y de efectos políticos indirectos. Basta con ver el espectáculo de la televisión mundial, calculada en miles de millones de espectadores acumulados, más el de los diarios, y contemplar la convivencia pacífica en Sudáfrica de las diversas culturas mezcladas en un “crisol de razas”.

jueves, 24 de junio de 2010

Ley 26.522 “Ley de medios”


La historia sin fin

El tema sobre la ley de medios de comunicación audiovisual ha traído (y trae) controversias desde fines del año pasado por su apresuramiento para elaborar una nueva ley que vendría a derogar la antigua Ley de Radiodifusión elaborada en 1980 durante la última dictadura militar argentina y por los cruces contraídos entre el Gobierno y el Grupo Clarín.

Lo cierto es que, apresurado o no, la nueva ley intenta disolver a los multimedios que, haciendo uso de su gran concentración de poder, condicionan la pluralidad informativa y el espacio público transmitiendo un mensaje único a las personas y obstruyendo toda posibilidad de libertad de la misma.

Es por este motivo que resulta urgente la aprobación de una nueva ley de medios que pueda respetar las diversidades defendiendo la libertad de construir empresas periodísticas como garantía de pluralismo.

Los medios de comunicación de masas generan opinión y marcan tendencias y muchas veces imponen los temas de la agenda política incidiendo en el funcionamiento de las instituciones, obteniendo de este modo, cada vez mayor poder e influencia en la toma de decisiones políticas de la nación argentina.

Muchos multimedios, como es el caso del grupo Clarín, se han refugiado bajo el falaz argumento de que con la aplicación de la nueva ley desaparecerían radios y canales de cable y miles de periodistas quedarían sin trabajo; esto no es así, nada desaparece, sólo que ese medio será comprado por alguna persona y de esta manera se estaría evitando la concentración de poder deshaciendo un oligopolio.

Bajo el lema ”ley de medios k” varios multimedios y grupos opositores, han mostrado su desacuerdo frente a la ley que se intenta legitimizar desde fines del año pasado con la idea de que favorece al Gobierno Kirchnerista que lo único que pretende es desbaratar monopolios para hacer otros que convengan al Estado.

A fines de 1989 se derogó el artículo 45 de la Ley de Radiodifusión 22.285 que prohibía a las empresas periodísticas gráficas el acceso a la Radio y la TV, artículo que cabe destacar de la “ley dictatorial de 1980” ya que el fin era evitar la concentración de poder e información en un mismo medio.

Durante la década del ’90 y con el apoyo del ex presidente Carlos Menem, el diario Clarín se fue convirtiendo en un grupo poderoso que logró una posición de liderazgo en el mercado argentino y latinoamericano, adquiriendo contenidos audiovisuales como canal 13, radio Mitre, señales de cable, producción cinematográfica y distribución de TV como Multicanal, Cablevisión y Direc TV entre otros.

Además de éste, algunos de los principales multimedios son: Diario La Nación (revistas Ahora Mamá, Rolling Stone), Editorial Atlántida (revistas El Gráfico, Gente, Para Ti), Editorial Perfil S.A. (revistas Noticias, Caras, Weekend), Grupo Vila-Manzano (Supercanal, canal 7 de Mendoza, canal 6 San Rafael).

Más allá de la opinión que se tiene sobre el Gobierno actual, si se está a favor o en contra de las políticas implementadas hasta ahora, hay que analizar la nueva ley, detenerse artículo por artículo (aunque suene aburrido) para entender de qué se trata y qué es lo que conviene para no quedarse sólo con lo que se escuchó en tal o cual medio.

Desde los distintos sectores políticos, pasando por grupos de multimedios hasta actores y músicos famosos se han encontrado distintas opiniones y argumentos que dan cuenta de una postura tanto a favor como en contra a cerca de la ley 26.522 “nueva ley de medios”.

Ésta ley, entre otras cosas, reglamenta un mínimo requerido de producción nacional garantizando el cine nacional en la televisión; se otorgan licencias por 10 años con posibilidad de renovar por otros 10 años más, luego habrá concurso; en el orden nacional las licencias llegarán a 24 siempre y cuando sea en distintas locaciones.

Se reserva el 33% de las localizaciones radioeléctricas planificadas, en todas las bandas de radiodifusión sonora y de televisión terrestres, en todas las áreas de cobertura, para las organizaciones sin fines de lucro. Además, los pueblos originarios serán autorizados para la instalación y funcionamiento de radios AM y FM así como de señales de televisión abierta.

Escuchar “las dos campanas” y emitir una opinión, elaborar una idea y argumentar una postura, sólo de esa manera se logra evitar que ese mensaje único que transmiten los medios no se convierta en una simple posición que sólo refleja la repetición de información (verdadera o incierta) de lo que se escucha, se lee o se ve, o las tres cosas juntas.

Hace ya varios años los medios de comunicación han dejado de ser el “cuarto poder” que venía a proteger a los ciudadanos y a evitar el abuso de los otros tres para ocupar uno de ellos y de esta manera servirse a sí mismo, a su criterio y en pos de sus conveniencias de acuerdo a las competencias de mercado.

La cuestión sería, entonces, que el Estado garantice el respeto y cumplimiento de los derechos de las personas obligando a que se cumplan las leyes y así evitar la concentración de poder cumpliendo de esta manera su rol como tal. Lograr una armonía entre el Estado y los medios de comunicación para que ambos garanticen la libertad de información y de expresión como debe ser en un país democrático como lo es la República Argentina.

miércoles, 19 de mayo de 2010

17 de Octubre de 1945

“Perón Perón gran conductor…”

La movilización del 17 de octubre tuvo dos efectos inmediatos: por una parte forzó a Perón a retornar a la lucha política y por otra incidió en el Ejército volcando a su favor a algunos jefes militares que antes se le habían opuesto y obligando al resto a pedir su retiro o tolerar su marcha hacia la Presidencia.

Éste día no sólo pasó a la historia por el incondicional apoyo a Juan Domingo Perón sino también por la presencia de un vínculo de tipo carismático entre el líder y la masa, como fundamento principal de su identificación como movimiento político activo.

Ya desde la presidencia, Perón continuó con las políticas sociales que beneficiaron tanto a la clase trabajadora como al empresario nacional y también con el control a los medios de comunicación y las eternas intervenciones a las universidades.

Como medida para combatir a los medios opositores, se limitaron las provisiones de papel de diario (importado) que era distribuido por el gobierno, se prohibió el envío de determinados diarios por correo y se procesó por desacato a editores y directores de los periódicos opositores.

Las universidades pasaron a depender directamente del Poder Ejecutivo, desde el rector hasta el último titular de cátedra eran designados por decreto, se estableció la pena de expulsión a quienes actuaran directa o indirectamente en política excepto a aquellos que militaban para el Partido Peronista.

Junto con el descenso general del nivel académico, el hostigamiento hacia los activistas estudiantiles hizo que el movimiento universitario pasara decididamente a la oposición al gobierno, comandado por la Federación
Universitaria Argentina (FUA) y la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA).

Desde el golpe de Estado de 1943 y durante el peronismo, las universidades sufrieron intervenciones y leyes que suprimieron gran parte de lo adquirido por la Reforma Universitaria de 1918, con su secuela de cesantías y renuncias de profesores que fueron reemplazados por otros directamente ligados a sectores clericales y nacionalistas.

Perón dispuso a su conveniencia distintas reglas a los medios y los estudiantes universitarios como así también supo cómo ganarse la simpatía de las masas trabajadoras acentuando sus derechos políticos y sociales en la Reforma Constitucional de 1949.

Una vez más y en democracia, se atentó contra la libertad expresión; la prensa y las universidades sufrieron constantes opresiones dejando a los estudiantes sin derechos e inhabilitados para militar activamente en política. De esta manera nace la antinomia peronismo- antiperonismo que estaría presente durante años en el país y sería motivos de innumerables luchas políticas.

domingo, 2 de mayo de 2010

1918

La reforma como cambio social


A lo largo de la historia Argentina los estudiantes universitarios han atravesado (y atraviesan) distintas luchas en pos de cambios y reformas tanto en la enseñanza académica como en la toma de decisiones políticas.


La Reforma Universitaria de 1918 no sólo terminó con una época de conservadurismo eclesiástico sino que dio origen a una serie de postulados, como la periodicidad de cátedra y la extensión universitaria, que cambiarían la historia de las universidades en Latinoamérica.

Sin embargo, muchos fueron los obstáculos que hasta el día de hoy se interpusieron en el camino de los universitarios y de su ideal de un futuro mejor. Actualmente, las presiones del Gobierno, que se jacta de ser democrático, no sólamente dificultan la participación de los estudiantes en los movimientos políticos sino que tampoco le dan importancia.

Sin ir más lejos, hace algunas semanas en la Universidad Nacional de la Matanza se suspendieron las elecciones para la renovación del centro de estudiantes debido a que la junta electoral (conformada en su mayoría por integrantes del actual centro de estudiantes) consideró que las listas presentadas por los grupos opositores al actual centro no eran oficiales y que muchas de las firmas presentes eran inventadas.

Éste y otros casos similares son moneda corriente en Argentina pero más allá de todo, la lucha es constante y emprendedora. Día a día los estudiantes siguen “trabajando” para cambiar el presente y estos cambios no sólo se dan en el ámbito académico sino que son transmitidos a todos sectores sociales como si de alguna manera se contagiaran.

Los grandes cambios vienen acompañados de los jóvenes entusiastas que no se conforman con lo que tienen a su alcance sino que siempre están en la búsqueda de mejorar lo suyo, de sacarle el jugo a sus logros y en la mira de nuevos objetivos.

La noticia:¿ficción o realidad?

Cuando se habla de noticia, generalmente se refiere a algún acontecimiento sucedido recientemente. Desde este punto de vista, cualquier hecho podría considerarse noticia. Sin embargo, este concepto sólo es una de las acepciones de la palabra.


En los últimos años, la noticia ha adquirido un nuevo valor, una subjetivación que hace que cambie de “aspecto” y que para algunos pueda significar algo distinto que a otros o simplemente no importar en absoluto.

Los medios hacen gran uso de esto: cada uno pone la noticia a su criterio, afín a sus propios intereses y a las demandas de la audiencia. Esta es una realidad que la gente debe entender y sobre todo, interpretar.

No basta sólo con informarse, sino pensar en lo que leemos, tratar de entender, comparar otros medios, ver el enfoque propuesto y cuanta importancia se le ha dado para evitar de esta manera caer en la monótona y rutinaria tarea de estar informado.

Así, se puede distinguir entre estar informado y estar bien informado. Analizar los tiempos vividos y los hechos ocurridos, leer e interpretar para poder así presentar una visión personal de lo que pasa y no “pensar sobre lo que piensa” aquel medio que los está informando en el momento.

Se trata entonces de reflexionar. Reflexionar sobre aquello que se lee, escuchamos o miramos en tv. No quedarse sólo con el primer discurso, ir más allá de la lectura propuesta. Comprender el por qué y no solamente el qué de los hechos que son presentados como noticia.